El capital riesgo corporativo en España: colaboración y confianza en 2024

El panorama de la inversión corporativa (CVC) y la co inversión con el venture capital (VC) ha sido históricamente complejo, con cierto grado de desconfianza y reticencia. Sin embargo, esta dinámica está cambiando positivamente en España, donde se están viendo ejemplos significativos de colaboración y grandes operaciones de co inversión.

Tradicionalmente, las corporaciones han sido vistas con cautela por los fondos de venture capital debido a diferencias en objetivos, tiempos y culturas corporativas. Mientras que las corporaciones suelen buscar innovaciones estratégicas a largo plazo, los fondos de venture capital se enfocan en retornos financieros rápidos y escalables. No obstante, por suerte esta brecha se ha ido cerrando en los últimos años.

Las corporaciones están adoptando enfoques más flexibles y alineados con las expectativas de los VCs, proporcionando no solo capital sino también recursos estratégicos y acceso a los mercados. Éstas aportan un valor significativo a las startups, pudiendo testar su tecnología en la propia corporación y siendo así un gran apoyo en las pruebas de concepto. Además, la sinergia ha ayudado a construir confianza, permitiendo que ambos tipos de inversores se beneficien mutuamente de sus fortalezas únicas.

Prueba de ello es que cada vez más se ven las operaciones de co inversión en el mercado español. En los últimos años, varias operaciones han destacado en el ecosistema español como la de TravelPerk, que ha recaudado fondos de una combinación de CVCs y VCs, incluyendo nombres como Spark Capital y Kinnevik. Esta ronda de financiación subraya cómo los VCs y CVCs pueden trabajar juntos para impulsar el crecimiento de empresas tecnológicas prometedoras. En 2022, Factorial, una plataforma de recursos humanos recibió una importante inversión en una ronda de financiación que incluyó a CRV y Tiger Global, junto con fondos corporativos de venture capital. La colaboración permitió a Factorial expandirse rápidamente en el mercado europeo y estadounidense. Fever, otro de los ejemplos más notorios, ha asegurado financiación procedente de fondos de venture capital tradicionales y de corporaciones como Rakuten Capital.

Olas futuras

El aumento de la coinversión entre CVCs y VCs en España es un indicativo de un ecosistema maduro y en evolución. Esta colaboración no solo facilita mayores flujos de capital, sino que también permite un intercambio de conocimientos y recursos que beneficia a las startups. Las corporaciones aportan estabilidad y experiencia sectorial, mientras que los VCs contribuyen con su agilidad y enfoque en el crecimiento exponencial.

La tendencia hacia una mayor colaboración entre capital de riesgo corporativo y venture capital en España está en ascenso, reflejando una mayor confianza y alineación de intereses. Este cambio está permitiendo que se realicen grandes operaciones de co inversión, fortaleciendo el ecosistema de startups en España y posicionándolo como un modelo a seguir.

En el contexto de la inversión corporativa, las grandes corporaciones (Tier 1) tienden a liderar la adopción del capital de riesgo corporativo (CVC) como una estrategia para impulsar la innovación. Estas empresas, debido a su tamaño y recursos, están mejor posicionadas para crear y mantener fondos de CVC que buscan invertir en startups tecnológicas y disruptivas que puedan complementar y mejorar sus propias capacidades y ofertas de mercado. Pero aún, son pocas las que se han aventurado a montar sus propios vehículos de inversión, muchas de ellas cuentan con programas de aceleración o “retos” dejando el proceso “a medio hacer” y no cerrando el círculo de la inversión y acompañamiento de los proyectos más disruptivos.

Estas empresas utilizan diferentes estructuras de CVC para fomentar la innovación y mantenerse competitivas. Destacaría las tres principales tipologías de inversión a las que se enfrentan las corporaciones cuando están montando sus tesis de inversión. No sólo tienen que decidir si montar o no un vehículo de inversión para poder competir con sus homólogos, sino que tienen que entender dentro de los objetivos de la corporación, qué tipología es más conveniente para ellos. Los fondos internos, que permiten un control directo y alineación estratégica, los vehículos de inversión independientes que ofrecen flexibilidad y especialización. O, invertir como LP en fondos de VC, que proporciona acceso a una amplia red de oportunidades y la experiencia de gestores especializados. Estas modalidades no son mutuamente excluyentes y algunas empresas combinan varias estrategias para maximizar su impacto en el ecosistema de innovación.

Dichas estructuras permiten a las corporaciones no solo financiar innovaciones que podrían integrarse en sus operaciones, sino también mantener una presencia activa en el ecosistema emprendedor, aprendiendo de las tendencias emergentes y los nuevos modelos de negocio.

Algunas de las grandes multinacionales y pioneras en sus programas, como Enagás y Red Eléctrica con sus respectivas iniciativas (Enagás Emprende y Elewit), son ejemplos típicos de empresas que emplean CVC para mantenerse competitivas y a la vanguardia de la innovación. Estas empresas suelen tener mayores recursos financieros y un enfoque estratégico más a largo plazo, lo que les permite asumir los riesgos asociados con las inversiones en startups.

Aunque en menor medida, las empresas de tamaño medio (Tier 2) también están comenzando a adoptar estrategias de CVC. Estas empresas buscan innovar y crecer rápidamente, pero con recursos más limitados en comparación con las corporaciones de Tier 1. La adopción de CVC por parte de estas empresas está aumentando a medida que reconocen el valor de asociarse con startups para acelerar su innovación y transformación digital. Algunos de los ejemplos más conocidos son Telefónica, Ferrovial, Prosegur, Caixa Capital Risk, Sabadell Venture y Enagás Venture, todos con tesis de inversión que cubren sus necesidades de innovación y sostenibilidad futuras.

El capital de riesgo corporativo es más prevalente en las grandes corporaciones (Tier 1) debido a sus recursos y capacidad para asumir riesgos a largo plazo. Sin embargo, las empresas de tamaño medio (Tier 2) también están comenzando a ver los beneficios de esta estrategia y están incrementando sus actividades de CVC. Las tendencias de 2024 muestran un aumento en las iniciativas de CVC entre las corporaciones españolas, con un enfoque claro en la innovación tecnológica y la sostenibilidad.

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